14 de marzo de 2014

Estas fallas... no te quemes!






 Las quemaduras son accidentes frecuentes que se producen durante el mes de marzo debidas a descuidos mientras celebramos nuestras fiestas josefinas.


Aunque los fuegos artificiales estén tan arraigados a nuestras costumbres, que a nadie le extrañe ver a niños pequeños prender las mechas de los petardos, es preciso poner atención al uso adecuado de cada tipo de pirotecnia para los menores. Según la legislación vigente, los artículos pirotécnicos se dividen en clases, en función de la edad autorizada:

 Clase I: Mayores de 12 años
 Clase II: Mayores de 16 años
 • Clase III: Mayores de 18 años


Siguiendo estos pequeños consejos, evitaremos en gran medida tanto quemarnos nosotros como a la gente que nos rodea:

1. Enciende artículos pirotécnicos tan solo en las zonas habilitadas a tal efecto y no los guardes en bolsillos. Las bolsas de bandolera que pueden quitarse fácilmente y arrojarlas a un lado en el caso de que se prendan accidentalmente, suelen ser la mejor opción para transportarlos

2. Deposita los artículos pirotécnicos en el suelo para encenderlos, fijándolos bien en soportes especiales en el caso de cohetes

3. No los enciendas con llama (mechero, cerillas...), sino usando una mecha lenta y siempre por un extremo para que tengas tiempo suficiente para alejarte antes de que explosione.

4. En el caso de que no explote, no lo toques. Lo mejor es echar agua sobre él para acabar de inutilizarlo.


Las quemaduras producidas por artículos pirotécnicos producen lesiones de aspecto sucio, como consecuencia de la presencia de restos de humo y ropas quemadas. Si la quemadura es extensa o está localizada en cabeza, manos, pies, genitales o articulaciones, será preciso un control en el centro sanitario.


Como primera actuación ante cualquier tipo de quemadura:

1. Retira las prendas que la cubren y restos que puedan quedar adheridos.

2. Pon la zona afectada bajo el grifo de agua fría, durante varios minutos, tanto para interrumpir el proceso de inflamación como para limpiar la herida.

3. Aplica suero fisiológico en el último aclarado o bien lava con jabón.

4. No pinches nunca las ampollas (flictenas). Las pieles sueltas y las ampollas se deben recortar, para evitar infecciones y la presión sobre la herida.

5. Una vez limpia, puedes aplicar productos cicatrizantes, reepitelizantes y antibacterianos sobre la herida descubierta, como por ejemplo centella asiática con neomicina (Blastoestimulina®) de 1 a 3 veces al día.

6. En el caso de curas cubiertas (oclusivas), pon un apósito de algodón o celulosa sobre la superficie quemada para combatir la infección, evitar la evaporación y proporcionar confort. El apósito debe ir impregnado de productos como la povidona yodada (Betadine®), nitrofural (Furacin®) o sulfadiazina de plata (Silvederma®), que extiendes sobre la gasa, o bien usar un apósito graso (Linitul®). Encima sitúa un apósito seco o una venda, para mantener la estanqueidad.